Otra alternativa a considerar son las piedras artificiales, que ofrecen una amplia variedad de colores y formas para adaptarse al diseño de tu piscina. Estas piedras suelen ser más económicas y fáciles de instalar, aunque pueden requerir un mantenimiento adicional para conservar su aspecto original.
2. Durabilidad y resistencia: Las piedras son materiales duraderos y resistentes a la intemperie, lo que las convierte en una excelente opción para zonas húmedas como alrededor de una piscina. Son capaces de soportar la exposición al sol, al agua y al tráfico frecuente sin deteriorarse fácilmente.
3. Fácil mantenimiento: A diferencia de otros materiales, las piedras requieren poco mantenimiento. Basta con barrerlas o lavarlas de vez en cuando para mantener su aspecto impecable. Además, al ser permeables, permiten el drenaje adecuado del agua, evitando acumulaciones indeseadas.
Las piedras para resistir la exposición al cloro y al agua de la piscina deben ser resistentes a la corrosión, antideslizantes y no porosas para evitar daños y garantizar su durabilidad.
Utilizamos cookies para asegurar que damos la mejor experiencia al usuario en nuestra web. Si sigues utilizando este sitio asumiremos que estás de acuerdo.Vale
